
Contrapunto 21-07-10
La reunión, con la ausencia de Nicaragua, logra algunos compromisos concretos para la integración regional y reintegra a Honduras en el organismo.
Los jefes de Estado centroamericanos presentes en la Cumbre Extraordinaria del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) cerraron este martes el evento con una declaración conjunta en la que dicen haber consolidado un esfuerzo renovado para avanzar en la integración regional.
Además, ha supuesto la readmisión formal de Honduras en el organismo regional y la inyección de créditos para el país y la región por parte de entes financieros internacionales presentes en la cumbre.
Una cumbre que, según Mauricio Funes, el presidente salvadoreño –el anfitrión— fue producto de un discurso pronunciado por él en septiembre del 2009, ante la Asamblea General de Naciones Unidas, y que supuso un espaldarazo para el papel del mandatario en el panorama regional, a tenor de los muchos elogios que ha recibido por parte de sus colegas asistentes.
La Declaración Conjunta final consta de 18 puntos y fue firmada, además de Funes, por los presidentes Álvaro Colom, de Guatemala; Laura Chinchilla, de Costa Rica; Porfirio Lobo, de Honduras, y Ricardo Martinelli, de Panamá.
Cuenta también con las firmas del vicepresidente de la República Dominicana, Rafael Alburquerque, y del viceprimer ministro de Belice, Gaspar Vega.
A la Cumbre no llegó el presidente nicaragüense Daniel Ortega, ni envió a ningún delegado que presentara a su gobierno.
Entre las partes fundamentales del documento, los firmantes se comprometen a la “promoción, respeto y defensa de la institucionalidad democrática, los derechos humanos”, así como medidas para respaldar a los gobiernos democráticamente electos en la región.
Asimismo se comprometen a impulsar el esfuerzo renovador de la integración, especialmente en los temas de seguridad, prevención y mitigación de desastres, y los efectos del cambio climático, integración social y económica.
Honduras sale de impasse
Además, como se esperaba, los mandatarios centroamericanos readmitieron formalmente a Honduras en el Sica y exhortaron a la Organización de Estados Americanos (OEA), por unanimidad, readmitir al país a este foro regional y reconocieron a Porfirio Lobo como el presidente constitucional de esa nación.
La decisión de los mandatarios fue recogida en una “declaración especial”, leída por el presidente Funes al final del cónclave.
Los presidentes escucharon de boca del Secretario General de la OEA, José Manuel Insulza, un resumen preliminar del informe sobre la situación de los derechos humanos realizado por la Comisión de Alto Nivel nombrada con ese objetivo por el organismo continental en su última sesión plenaria del mes pasado.
Sin embargo, tales conclusiones no fueron hechas públicas por Insulza, con lo cual no se pudo conocer el contenido de dicho informe.
“Por unanimidad de los jefes de Estado presente decidimos respaldar formal y permanente la normalización de la participación de Honduras en el Sistema de Integración Centroamericana (SICA) y llamar a la OEA (…) para que facilite y resuelva a la mayor brevedad posible la reincorporación de Honduras a este foro regional”, dijo el presidente Mauricio Funes.
El tema de la incorporación de Honduras al foro regional, del cual había sido expulsada tras el golpe militar de junio del 2009, había estado flotando desde que inicio el foro. Y la ausencia del presidente Daniel Ortega había levantado sospechas de que el mandatario nicaragüense no se había hecho presente precisamente para mostrar su rechazo a las intenciones de incorporar a Honduras al SICA.
La cuestión nica
Funes dijo que Nicaragua no había explicado las razones que llevaron al presidente de Nicaragua a ausentarse del foro, pero se apresuró a señalar que la ausencia de Ortega no necesariamente significa un distanciamiento de ese país para con los demás países de la región.
Tratando de desligar el tema de la ausencia de Nicaragua del de la incorporación de Honduras, Funes dijo que esa cumbre extraordinaria no fue pensada para analizar el tema hondureño.
“Fue para analizar el proceso de integración centroamericana”, dijo. Agregó que Centroamérica es ahora una región que ha cambiado mucho en los 50 años que tiene de estar unificada.
Sin embargo, la silla vacía frente a la cual se encontraba un cartel en el que se leía “Nicaragua” en la mesa de honor, y el hecho de que el propio presidente salvadoreño saludara, sin saber que no estaba presente, a la ausente delegación nicaragüense al inicio de su alocución, dan fe de lo inesperada de tan sonada ausencia del presidente sandinista.
“El gobierno de Nicaragua tendrá que explicar la razón de su no presencia en esta cumbre”, dijo Funes a los periodistas. Y añadió que ese país ha participado en otras reuniones del SICA y ha mostrado su apoyo a la integración centroamericana, en especial a la unión aduanera.
Por su parte, el canciller de Honduras, Mario Canahuati, valoró la ausencia de Nicaragua en esta cumbre como un prejuicio para el pueblo nicaragüense, pues dijo que no podrá participar de los avances realizados en el encuentro y dijo esperar que ese país se incorpore a las sucesivas cumbres.
En cuanto a las numerosas denuncias que señalan que en Honduras no se han resarcido violaciones a los derechos humanos perpetradas tras el golpe de Estado del pasado año y que afirman que aún se están produciendo esas violaciones en la actualidad, Canahuati fue enfático en destacar los “esfuerzos del Presidente Lobo por garantizar los derechos humanos en Honduras”.
“Yo creo que hay mucha especulación”, añadió el canciller hondureño, que también quiso hacer una división radical entre la etapa que fue desde el golpe de Estado hasta la toma de posesión de Porfirio Lobo y la etapa que va desde esa fecha hasta hoy.
Empujón financiero
Junto a los citados jefes de gobierno y representantes de los países centroamericanos, la cumbre fue completada con la presencia de los responsables del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que acudían con la promesa de anunciar jugosos paquetes crediticios para la financiación de las iniciativas regionales emanadas de esta cumbre.
El presidente del BID, Luis Alberto Moreno, anunció que su institución financiera destinará 1.800 millones de dólares anualmente a proyectos de integración para Centroamérica, Sudamérica y el Caribe.
“Una mayor y mejor integración regional es fundamental para apoyar la recuperación económica, competir globalmente, generar empleo y oportunidades y así promover la equidad y la reducción de la pobreza”, recalcó Moreno a la prensa nacional y extranjera.
En la última década, el BID ha sido la principal fuente de financiamiento para la integración regional centroamericana, movilizando más de 1.500 millones dólares en préstamos de inversión y más de 50 millones de dólares en cooperación técnica no reembolsable.
Este monto equivale al 13 por ciento de la cartera total del BID en Centroamérica, que asciende a 11.000 millones de dólares, según fuentes de la misma institución.
Otro socio histórico de los procesos económicos neoliberales impulsados por los países centroamericanos en las últimas dos décadas es el Banco Mundial, cuyo presidente, Robert Zoellick anunció varias iniciativas que su organismo va a implementar en los próximos años para apoyar el proceso de integración centroamericana.
La institución pondrá a disposición de las pequeñas y medianas empresas centroamericanas un total de $1,3 millones destinados para crear una ventanilla a la cual podrán acudir los empresarios para iniciar procesos de importación y exportación.
El Banco Mundial también financiará al privado y exclusivo Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (INCAE) para que ponga en marcha un programa de formación para funcionarios públicos en el que “algunos de los profesionales más destacados del mundo impartirán clases”, según aseguró Zoellick.
También habrá fondos del Banco Mundial para apoyar el Sistema de Integración Económica Centroamericana (SIECA), es decir, para impulsar la unión aduanera, y para un “programa de respaldo a la transparencia judicial y la rendición de cuentas en la región”.
Estos compromisos expresados por el presidente del Banco Mundial suman un monto que alcanza los $5,000 millones, de los cuales $1,000 millones irán destinados al sector privado, es decir a las empresas centroamericanas.